domingo, 10 de enero de 2021

Honrar a los caídos y afilar espadas

La cañonera Thunderhawk volaba por los valles ágilmente a pesar de la tormenta que se abatía sobre aquellas montañas. Truenos y relámpagos acompañaban su vuelo mientras viraba en los recodos rocosos del relieve, ahogando el ruido de sus motores. En su interior la comitiva de marines espaciales se mantenía silenciosa.


No era posible llegar al "Salón de las Tormentas", la fortaleza-monasterio de los Lobos de la Tormenta, con una aproximación directa. La fortaleza tenía instalado un disruptor meteorológico, una nueva y desconocida tecnología desarrollada por el Adeptus Mechanicus que podía controlar la formación y disipación de tormentas y temporales. Debido a ello las aeronaves que quisieran llegar al "Salón de las Tormentas" debían remontar los valles y barrancos por el sur de la cordillera, los cuales estaban fuertemente vigilados y protegidos por sistemas de defensa automatizados y guarniciones de centinelas.

 

Tras virar el ultimo recodo, apareció frente a la Thunderhawk "El Salón de las Tormentas". Era una imponente construcción de piedra granítica que emergía de la montaña. El perímetro estaba protegido por una enorme muralla erizada de torres de armamento y puestos de tiro. En el interior se levantaba nueve gigantescas torres de piedra gris que conectaban mediante impresionantes puentes y pasarelas con otra torre central, mucho más grande que cualquiera de las otras. Las nueve torres exteriores presentaban los emblemas gravados en roca de cada una de las hermandades que formaban el capítulo, mientras que en la torre central se podía ver un gigantesco lobo rampante flanqueado por relámpagos construido en sus muros exteriores. Esa era la torre capitular, el hogar del “Lobo Negro”, el Señor del Capítulo Camalo Beles, y de la "Hermandad del Lobo”, la Primera Hermandad del capítulo.


La aeronave realizó la aproximación final y aterrizó en la plataforma de atraque de la torre que correspondía a la Segunda Hermandad, la "Hermandad del Ciervo". La compuerta se abrió y la comitiva descendió de la cañonera. Una guardia de honor compuesta por diez Lobos de la Tormenta les esperaba junto a dos oficiales de la hermandad, el Teniente Jadar Arkilo y el Sacerdote Cuervo*(1) Kalaitos Tarbantu.


El Capitán Eburo Garokan caminaba apoyándose en su arma de energía, una de las "Lanzas de Trueno" del capitulo, y junto a el iba el Sacerdote de la Hermandad*(2) Olindico Thurro. Las heridas sufridas en el Sistema Tardis habían dejado graves secuelas en el capitán, como atestiguaba su leve aunque visible cojera.


Tras ellos caminaba el Sargento Vecco con cinco astartes de su escuadra vestidos con armaduras Mk X Gravis. Escoltaban al Capitán Eburo, pero también abrían otra comitiva muy diferente. Ocho grandes féretros sostenidos por sistemas graviticos se deslizaban por la plataforma de aterrizaje empujados por servidores del capitulo.


El Eburo Garokan y Olindico Thurro llegaron a donde se encontraban los otros dos oficiales de la Hermandad. Con gesto serio y adusto el Teniente Arkilo y el Sacerdote Cuervo Tarbantu saludaron a su comandante.


-Saludos capitán.- Dijo el Teniente.- Siempre es una alegría verle, aunque las circunstancias no sean las mejores.


-Capitán.- Saludó Kalaitos con una inclinación de cabeza.- la hermandad se alegra de vuestro regreso a salvo, y esta ansiosa por unirse a vosotros para acabar con nuestros enemigos.


-No seamos necios y veamos la realidad.- Contesto bruscamente el capitán.- La campaña en Tardis a sido casi desastrosa. Hemos sufrido derrotas y eso no podemos esconderlo. Ahora es momento de curar nuestras heridas, despedir a nuestros hermanos caídos, y entrenar para poder derrotar a nuestros enemigos en cuanto tengamos la oportunidad.


-El Señor del Capitulo Camalo Beles sabía que esta campaña podía ser difícil debido a la miríada de enemigos que podíamos encontrar en aquel sistema.- Dijo Olindico Thurro.- Hemos acudido a la batalla ciegos y confiados, cometiendo el peor error de un guerrero. Por suerte no ha sido un desastre y hemos podido regresar a Iberika con las lecciones aprendidas, aunque hemos tenido que pagar un alto precio.


El Sacerdote de la Hermandad se giró y señalo con un gesto los féretros de los marines espaciales muertos durante la campaña.


-Ahora es momento de honrar a nuestros caídos.- Dijo Eburo Garokan.


-La escuadra de honor se encargara de llevar sus cuerpos a las montañas para que sean devorados por las aves carroñeras como es la tradición.- Dijo Jadar .- Personalmente me encargare de preparar las pilas funerarias para quemar sus restos. Cuando la ceremonia este lista le avisaré, capitán.


-El "Lobo Negro"*(3) quiere estar presente en la cremación, mi señor.- Informo el Sacerdote del Cuervo Kalaitos.- Dijo que después de la ceremonia se reunirá personalmente con usted para tratar los detalles de la campaña y ponerle al día al respecto de las nuevas misiones para la Segunda Hermandad.


-Bien.- Contesto el Capitán Garokan.- Despidamos a nuestros guerreros caídos y después afilemos nuestras espadas. Esto no ha hecho mas que empezar.





*(1) Sacerdote Cuervo: Titulo usado por el capitulo de los Lobos de la Tormenta para referirse a los Bibliotecarios.

*(2) Sacerdote de la Hermandad: Titulo usado por el capitulo de los Lobos de la Tormenta para referirse a los Capellanes.

*(3) Lobo Negro: Sobrenombre por el que se conoce a Camalo Beles, Señor del Capitulo de los Lobos de la Tormenta.



Bueno, pues hasta aquí la Campaña Cruzada de los Mundos Tardis (por ahora). La verdad que el Sistema Cruzada es divertido, sobre todo cuando empieza ha haber consecuencias de batallas y aumenta la experiencia, pero hay algunos puntos que no me convencen.

En la parte positiva diría que para los que nos gusta el Rol y el trasfondo es genial tener una herramienta así para desarrollar historias y darle una personalidad a tu ejercito.

Las misiones tipo "Patrulla" pueden convertirse en una locura. Desplegando tan pocas unidades puede descontrolarse la batalla en un momento, y la misión de "Desembarco de suministros" se puede convertir en un cara o cruz muy interesante, por ejemplo.

En la parte menos positiva diría que el sistema de Puntos de Poder no me termina de convencer. Hay unidades que pueden contar con equipo adicional que puede desequilibrar una batalla pequeña como las de "Patrulla" (como un par de barquillas de cañón de plasma para un Leman Russ). Se que Cruzada no esta pensado para que sea el mas equilibrado de los modos de juego, pero creo que se podría compensar ese equipo con coste adicional que no se ve representado por los Puntos de Poder de alguna manera. La idea de los chicos de La Voz de Horus de añadir 1 Punto de Cruzada a tu ejercito por cada 20 o 25 puntos extra en una unidad no me parece mala idea. Tal vez lo proponga en un futura a mi grupo de juego.

Me quedo con las ganas de jugar las partidas de Incursión y Fuerza de Choque, pero espero poder hacerlo en un futuro.

En cuanto a mi manejo con el ejercito cometí muchos errores de novato, olvidándome de reglas y estratagemas clave, y confiándome en muchos aspectos. También el no tener pulido el estilo de juego con Sucesores de Cicatrices Blancas también se notó.

Pero bueno, la verdad es que fueron mis primeras partidas de 9ª edición y en muchas me lo pase francamente bien y aprendí. Ahora comenzaremos a tocar poco a poco el equilibrado, que quien sabe a donde nos llevara.