domingo, 10 de enero de 2021

Honrar a los caídos y afilar espadas

La cañonera Thunderhawk volaba por los valles ágilmente a pesar de la tormenta que se abatía sobre aquellas montañas. Truenos y relámpagos acompañaban su vuelo mientras viraba en los recodos rocosos del relieve, ahogando el ruido de sus motores. En su interior la comitiva de marines espaciales se mantenía silenciosa.


No era posible llegar al "Salón de las Tormentas", la fortaleza-monasterio de los Lobos de la Tormenta, con una aproximación directa. La fortaleza tenía instalado un disruptor meteorológico, una nueva y desconocida tecnología desarrollada por el Adeptus Mechanicus que podía controlar la formación y disipación de tormentas y temporales. Debido a ello las aeronaves que quisieran llegar al "Salón de las Tormentas" debían remontar los valles y barrancos por el sur de la cordillera, los cuales estaban fuertemente vigilados y protegidos por sistemas de defensa automatizados y guarniciones de centinelas.

 

Tras virar el ultimo recodo, apareció frente a la Thunderhawk "El Salón de las Tormentas". Era una imponente construcción de piedra granítica que emergía de la montaña. El perímetro estaba protegido por una enorme muralla erizada de torres de armamento y puestos de tiro. En el interior se levantaba nueve gigantescas torres de piedra gris que conectaban mediante impresionantes puentes y pasarelas con otra torre central, mucho más grande que cualquiera de las otras. Las nueve torres exteriores presentaban los emblemas gravados en roca de cada una de las hermandades que formaban el capítulo, mientras que en la torre central se podía ver un gigantesco lobo rampante flanqueado por relámpagos construido en sus muros exteriores. Esa era la torre capitular, el hogar del “Lobo Negro”, el Señor del Capítulo Camalo Beles, y de la "Hermandad del Lobo”, la Primera Hermandad del capítulo.


La aeronave realizó la aproximación final y aterrizó en la plataforma de atraque de la torre que correspondía a la Segunda Hermandad, la "Hermandad del Ciervo". La compuerta se abrió y la comitiva descendió de la cañonera. Una guardia de honor compuesta por diez Lobos de la Tormenta les esperaba junto a dos oficiales de la hermandad, el Teniente Jadar Arkilo y el Sacerdote Cuervo*(1) Kalaitos Tarbantu.


El Capitán Eburo Garokan caminaba apoyándose en su arma de energía, una de las "Lanzas de Trueno" del capitulo, y junto a el iba el Sacerdote de la Hermandad*(2) Olindico Thurro. Las heridas sufridas en el Sistema Tardis habían dejado graves secuelas en el capitán, como atestiguaba su leve aunque visible cojera.


Tras ellos caminaba el Sargento Vecco con cinco astartes de su escuadra vestidos con armaduras Mk X Gravis. Escoltaban al Capitán Eburo, pero también abrían otra comitiva muy diferente. Ocho grandes féretros sostenidos por sistemas graviticos se deslizaban por la plataforma de aterrizaje empujados por servidores del capitulo.


El Eburo Garokan y Olindico Thurro llegaron a donde se encontraban los otros dos oficiales de la Hermandad. Con gesto serio y adusto el Teniente Arkilo y el Sacerdote Cuervo Tarbantu saludaron a su comandante.


-Saludos capitán.- Dijo el Teniente.- Siempre es una alegría verle, aunque las circunstancias no sean las mejores.


-Capitán.- Saludó Kalaitos con una inclinación de cabeza.- la hermandad se alegra de vuestro regreso a salvo, y esta ansiosa por unirse a vosotros para acabar con nuestros enemigos.


-No seamos necios y veamos la realidad.- Contesto bruscamente el capitán.- La campaña en Tardis a sido casi desastrosa. Hemos sufrido derrotas y eso no podemos esconderlo. Ahora es momento de curar nuestras heridas, despedir a nuestros hermanos caídos, y entrenar para poder derrotar a nuestros enemigos en cuanto tengamos la oportunidad.


-El Señor del Capitulo Camalo Beles sabía que esta campaña podía ser difícil debido a la miríada de enemigos que podíamos encontrar en aquel sistema.- Dijo Olindico Thurro.- Hemos acudido a la batalla ciegos y confiados, cometiendo el peor error de un guerrero. Por suerte no ha sido un desastre y hemos podido regresar a Iberika con las lecciones aprendidas, aunque hemos tenido que pagar un alto precio.


El Sacerdote de la Hermandad se giró y señalo con un gesto los féretros de los marines espaciales muertos durante la campaña.


-Ahora es momento de honrar a nuestros caídos.- Dijo Eburo Garokan.


-La escuadra de honor se encargara de llevar sus cuerpos a las montañas para que sean devorados por las aves carroñeras como es la tradición.- Dijo Jadar .- Personalmente me encargare de preparar las pilas funerarias para quemar sus restos. Cuando la ceremonia este lista le avisaré, capitán.


-El "Lobo Negro"*(3) quiere estar presente en la cremación, mi señor.- Informo el Sacerdote del Cuervo Kalaitos.- Dijo que después de la ceremonia se reunirá personalmente con usted para tratar los detalles de la campaña y ponerle al día al respecto de las nuevas misiones para la Segunda Hermandad.


-Bien.- Contesto el Capitán Garokan.- Despidamos a nuestros guerreros caídos y después afilemos nuestras espadas. Esto no ha hecho mas que empezar.





*(1) Sacerdote Cuervo: Titulo usado por el capitulo de los Lobos de la Tormenta para referirse a los Bibliotecarios.

*(2) Sacerdote de la Hermandad: Titulo usado por el capitulo de los Lobos de la Tormenta para referirse a los Capellanes.

*(3) Lobo Negro: Sobrenombre por el que se conoce a Camalo Beles, Señor del Capitulo de los Lobos de la Tormenta.



Bueno, pues hasta aquí la Campaña Cruzada de los Mundos Tardis (por ahora). La verdad que el Sistema Cruzada es divertido, sobre todo cuando empieza ha haber consecuencias de batallas y aumenta la experiencia, pero hay algunos puntos que no me convencen.

En la parte positiva diría que para los que nos gusta el Rol y el trasfondo es genial tener una herramienta así para desarrollar historias y darle una personalidad a tu ejercito.

Las misiones tipo "Patrulla" pueden convertirse en una locura. Desplegando tan pocas unidades puede descontrolarse la batalla en un momento, y la misión de "Desembarco de suministros" se puede convertir en un cara o cruz muy interesante, por ejemplo.

En la parte menos positiva diría que el sistema de Puntos de Poder no me termina de convencer. Hay unidades que pueden contar con equipo adicional que puede desequilibrar una batalla pequeña como las de "Patrulla" (como un par de barquillas de cañón de plasma para un Leman Russ). Se que Cruzada no esta pensado para que sea el mas equilibrado de los modos de juego, pero creo que se podría compensar ese equipo con coste adicional que no se ve representado por los Puntos de Poder de alguna manera. La idea de los chicos de La Voz de Horus de añadir 1 Punto de Cruzada a tu ejercito por cada 20 o 25 puntos extra en una unidad no me parece mala idea. Tal vez lo proponga en un futura a mi grupo de juego.

Me quedo con las ganas de jugar las partidas de Incursión y Fuerza de Choque, pero espero poder hacerlo en un futuro.

En cuanto a mi manejo con el ejercito cometí muchos errores de novato, olvidándome de reglas y estratagemas clave, y confiándome en muchos aspectos. También el no tener pulido el estilo de juego con Sucesores de Cicatrices Blancas también se notó.

Pero bueno, la verdad es que fueron mis primeras partidas de 9ª edición y en muchas me lo pase francamente bien y aprendí. Ahora comenzaremos a tocar poco a poco el equilibrado, que quien sabe a donde nos llevara.


viernes, 20 de noviembre de 2020

El Sargento Contreras

El Bibliotecario Jefe Deguerro y el Epistolario Becker pusieron al tanto al Teniente Zarran de todos los detalles de la misión encomendada. La fuerza para la tarea debía ser un pequeño equipo heterogéneo de astartes que pudiera cumplir un amplio espectro de misiones. Además, solo comunicaría los progresos a Deguerro y al Señor del Capítulo Kantor directamente. 

Había un punto que a Zarran se le hacía difícil digerir. El jefe del equipo no sería elegido por él. Para el Teniente suponía una afrenta a su honor, pero los bibliotecarios habían intentado hacerle entrar en razón.



-Se ha consultado el Tarot Imperial repetidas ocasiones antes de tomar esta decisión, Teniente.- Dijo Becker.- Y en todas ellas las lecturas han sido claras. El líder del equipo no debe ser alguien escogido por usted.



-En el pasado hemos ignorado lecturas del Tarot y han supuesto contratiempos o desastres para los planes del capítulo, Zarran.- Refrendó el Bibliotecario Jefe.- Además, el Epistolario Becker cuenta con experiencia en estos asuntos, adquirida directamente en el Palacio Imperial.



-Bien, entonces decidme quién va a ser el líder del equipo.- Quiso saber Zarran.



Ambos bibliotecarios se miraron durante unos segundos, y finalmente Deguerro habló.



-Tanto nosotros como el Señor del Capítulo coincidimos que dicho puesto debe ser ocupado por el Sargento Veterano Contreras.



-Contreras…- Dijo el Teniente, atragantándosele el nombre en la garganta.



Contreras y él eran viejos conocidos. Enemistados desde que Zarran era sargento en la segunda compañía y Contreras su segundo jefe de combate. Contreras era demasiado impulsivo y temerario en ocasiones, y sus debates sobre los preceptos del Codex Astartes y las discusiones por sus temeridades eran famosas en la segunda compañía.


Con el paso del tiempo Zarran fue promocionado a sargento veterano en la primera compañía, y Contreras ascendido a sargento. De esta manera las tensiones se enfriaron y cada uno siguió su camino.


Pero los problemas volvieron durante la campaña de Freyja. La escuadra de exterminadores de Zarran estaba apoyando la línea de defensa de la segunda compañía frente al ataque orko, y él estaba al mando de aquel sector tras caer herido el Capellán Adorius. La escuadra de Contreras mantenía el flanco izquierdo, rechazando al enemigo con disciplinadas ráfagas bolter. Pero en un impás de la batalla el enemigo vaciló y el sargento Contreras solicitó permiso para realizar un contraataque. A pesar de que se le denegó la petición finalmente cargó al frente de su escuadra penetrando en las líneas orkas, matando a muchos enemigos y desbaratando el flanco. Pero los demás puños carmesíes no siguieron el avance de Contreras, y se mantuvieron en sus posiciones bajo las órdenes de Zarran.


Al percatarse de que nadie le había seguido, Contreras decidió volver a sus líneas, pero los orkos habían cerrado la brecha y se vio cercado. Finalmente logró regresar, pero tres hermanos de batalla perdieron la vida. 


Enfurecido por la pérdida de los astartes de su escuadra, Contreras acusó a Zarran de haberle negado el apoyo y haber dejado que los marines espaciales murieran. Zarran afirmó que había sido el propio Contreras quien rompiendo la línea desobedeció sus órdenes y puso en peligro no solo a su escuadra, sino a toda la línea de batalla de los Puños Carmesíes.


Finalmente la discusión se dirimió en un duelo de honor, donde venció Zarran, dejando el rostro de Contreras marcado por una cicatriz. Durante los años siguientes Contreras aplacó su temeridad y llegó a convertirse en uno de los mejores mandos de escuadra del capítulo, siendo promocionado a la primera compañía como sargento veterano de vanguardia tras el desastre de Mundo Rynn.



-¿Y en que se basan para afirmar que Contreras es la opción adecuada? Su falta de ortodoxia en la aplicación del Codex Astartes es peligrosa - Dijo Zarran molesto.



-Precisamente esa heterodoxia con respecto al Codex es lo que hace a Contreras adecuado.- Dijo Deguerro.



-En este tipo de misiones vamos a necesitar de alguien que sepa adaptarse rápidamente a la multitud de enemigos y situaciones que vamos a encontrarnos, y que sepa trabajar con iniciativa propia estando aislado. Pocos jefes de escuadra del capítulo son tan aptos como él.- Becker afirmó.



Los bibliotecarios estaban en lo cierto, reflexionó el Teniente Zarran. A pesar de sus defectos, trabajar fuera de la estructura de una compañía o del capítulo parecía algo adecuado para Contreras, y si todo lo que le habían dicho era cierto, iba a necesitar de toda su osadía y flexibilidad en esta misión.



-Está bien, estoy de acuerdo con ustedes.- Aceptó el Teniente.- Pero no me hago responsable de sus faltas ni insubordinaciones. Ustedes lo han elegido, así que es problema suyo. Mientras mantenga una información fluida sobre la evolución de las operaciones, me da igual lo que haga.



-No se preocupe, yo mismo me encargaré de que sea puntual en sus comunicaciones.- Dijo el Epistolario Becker.- Ahora, pongámonos a trabajar. Usted reúna a los marines espaciales adecuados para esta misión y póngalos al día con la información que le hemos dado. Yo iré a hablar con el Sargento Veterano Contreras.


Sargento Veterano Contreras.













lunes, 16 de noviembre de 2020

Misiones secretas

Finalizada la reunión con Pedro Kantor, el Capitán Solano y el recién ascendido Teniente Zarran se dirigieron a las instalaciones de la quinta compañía, donde se  reunieron a todos los jefes de escuadra y les pusieron al tanto de la nueva situación.

Las nuevas órdenes fueron bien recibidas por la mayoría de ellos, aunque los hermanos primaris se mostraron algo desilusionados de no poder unirse a la compañía en la campaña del Sector Nephilin.

La incorporación del Teniente Zarran también fue bien recibida por todos. Conocían sus hazañas como miembro de la primera compañía, y en especial la defensa que hizo con su escuadra de exterminadores en el Espaciopuerto de Nueva Rynn durante la invasión del Waaagh Snagrod. Para ellos era como tener una leyenda viva entre ellos.

Tras la reunión todos los sargentos se marcharon con sus respectivas escuadras para empezar a cumplir las órdenes y directivas que les habían sido comunicadas. 

Zarran se dirigió a sus estancias en los barracones de la primera compañía para recoger su equipo y material y trasladarse a su nueva destino. Cuando llego vio que alguien estaba esperándolo en las puertas de los barracones. Era el Bibliotecario Jefe Deguerro.


-De nuevo, enhorabuena por su ascenso, Teniente Zarran.- Saludo Deguerro.- Veo que ya va se ha presentado en su nueva unidad y esta listo para empezar con el trabajo encomendado.


-Así es Bibliotecario Jefe.- Contesto Zarran.- Pero debo suponer que hay algo más, ¿verdad? No habéis venido hasta mis viejos aposentos solo para felicitarme.


-Vuestras suposiciones son ciertas, Teniente.- Sonrió el bibliotecario jefe.- Si no es mucha molestia, me gustaría que me acompañarais al Librarium.


El Teniente Zarran asintió y ambos marines se encaminaron hacia el Librarium de la fortaleza. Cuando llegaron Zarran fue conducido hasta una de las estancias laterales anexas a la biblioteca del El Cassar, a la cual entro con el Bibliotecario Jefe Deguerro. Tras unos segundos una puerta situada al otro extremo de la sala se abrió y entro otro bibliotecario. Era más alto que Deguerro o Zarran y llevaba un sobretodo sin mangas de cuero marrón oscuro que contrastaba con el azul eléctrico de su armadura. Sin duda se trataba de una psíquico primaris, dedujo Zarran.

En cuanto se cerraron las puertas y el bibliotecario recién llegado ocupo su lugar, Delevan Deguerro comenzó a hablar.


-Como sabréis Teniente, la invasión orka de Snagrod y la destrucción de la antigua fortaleza de Arx Tyrannus supusieron un duro golpe para el capítulo.- Dijo el Bibliotecario Jefe.- Se perdió mucho en aquellos días, hermanos de batalla, armamento, vehículos, semillas genéticas… Toda nuestra existencia pendía de un hilo, y gracias a las decisiones de nuestro Señor del Capitulo Pedro Kantor logramos sobrevivir para seguir combatiendo.


Al oír las palabras de Deguerro y recordar aquellos hechos Zarran sentía una mezcla de rabia y orgullo. Rabia por los desgraciados sucesos que casi acaban con los Puños Carmesíes, y orgullo de como en aquella hora oscura supieron sobreponerse y reaccionar para salvar no solo al capítulo, si no al Mundo de Rynn.


-Ahora hemos recuperado nuestra fuerza y volvemos a ser una de las más importantes espadas del Imperio.- Prosiguió Deguerro.- Gracias a nuestros nuevos hermanos los Puños Carmesíes son más fuertes que nunca. Pero aunque hayamos recuperado nuestro número, nuestro armamento y nuestra semilla genética, hay algo que se perdió que todavía no ha sido recuperado. La destrucción del Arx Tyrannus se llevó por delante todo el conocimiento y los secretos guardados en el Librariun de la fortaleza.- Dijo el Bibliotecario Jefe.- Aunque existían copias de seguridad aquí en El Cassar y que muchos documentos pudieron ser recuperados tras la guerra, el conocimiento del capítulo está incompleto.


El bibliotecario primaris activo una mesa holográfica en la que se mostraron diversos listados de documentos y objetos. La lista era extensa, pero el Teniente Zarran suponía que no estaba completa.


-Aquí podemos ver una lista de aquel conocimiento que ha podido ser recuperado a los largo de los años.- Dijo Biblitecario Jefe.- Y en esta otra holoimagen vemos algunos de los documentos y secretos que hemos perdido y de los cuales no tenemos ni la menor pista.


-¿Por qué me mostráis esto, Bibliotecario Jefe?- Pregunto Zarra.


-Vuestras órdenes oficiales son integrar a los nuevos puños carmesíes primaris y prepararlos para combatir codo con codo con las demás fuerzas del capítulo.- Recordó Deguerro.- Si habéis podido ojear la tabla de datos que se os dio, veréis que hay una serie de pequeñas misiones a lo largo y ancho del Sector Loki. Todas responden a peticiones de ayuda de planetas imperiales o a informes de presencia de fuerzas enemigas en el sector. Pero hay algo más.


A Zarran se le erizo el vello de la nuca ante las palabras del Bibliotecario Jefe. Estaba al tanto de cómo funcionaban los poderes psíquicos y la disformidad, y no era supersticioso, pero siempre había tratado el asunto con distancia. Era un guerrero, y sabía que siempre había un movimiento para detener un golpe, o una buena cobertura para evitar el fuego, pero frente a los poderes de la mente solo una fuerza de voluntad de hierro era la defensa más fiable. Y a veces ni eso era suficiente.


-En todos estos lugares se encuentran pistas sobre conocimiento que se perdió durante el desastre de Rynn y no han podido ser recuperados.- Continuo Deguerro.- Las misiones que tienes ahí tienen una doble función: acabar con los enemigos del Imperio y encontrar ese conocimiento para nosotros.


-Es una misión complicada, Bibliotecario Jefe.- Dijo Zarran.- Mis guerreros y yo podemos sin problemas encargarnos de los enemigos, pero la investigación y búsqueda de conocimiento perdido no es nuestra especialidad.


-No os preocupéis, tendréis ayuda.- Sonrió Delevan Deguerro.- Os presento al Epistolario Gustav Becker, quien se encargara de la investigación de las pistas que encontréis. El Epistolario Becker no es solo un psíquico experto, también ha estado en Terra y ha podido estudiar las fuentes de las bibliotecas del Palacio Imperial.


Gustav Becker se aproximó hasta el Teniente Zarran y le saludo con un apretón de manos. El bibliotecario primaris era una cabeza más alto que el teniente y  más corpulento. Tenía una media melena y una perilla de pelo blanco que resaltaban sobre su piel morena.


-Sera un placer ayudar en esta misión, Teniente.- Dijo Becker.


Bibliotecario Epistolario Gustav Becker de los Puños Carmesíes.



miércoles, 11 de noviembre de 2020

Ordenes

El Relicarium Tactico de la fortaleza de El Cassar era una estancia circular construida en mármol blanco y negro y engalanado de esculturas de alabastro y jade. Una cúpula de cristales blindados permitía que la luz natural entrara en el recinto, pero en ese momento se encontraban velada para facilitar la lectura de los hologramas de datos y mapas que había desplegados en ese momento.

En el puesto de mando se encontraba el Señor del Capitulo Pedro Kantor. Junto a él estaban el Bibliotecario Jefe Delevan Deguerro y el Capitán Icario, jefe de la 1ª Compañía. Al otro lado del tablero táctico se encontraban el Capitán Razal Solano y el Sargento veterano Zarran, de la 5ª y 1ª Compañía respetivamente.


-Como ya sabéis, gracias a la ayuda recibida por el Primarca Roboute Guilliman y sus nuevos Adeptus Astartes Primaris hemos logrado salvaguardar la supervivencia del Capítulo de nuevo.-Dijo Kantor.- Ahora podemos volver a desplegar nuestras fuerzas por la galaxia para atender las peticiones que nos llegan de los sistema imperiales del Segmentum Tempestus.


Todos en la sala asintieron ante estas palabras. Tras el desastre del Waaagh Snagrod el capítulo había quedado reducido a menos de la mitad de sus efectivos, además de haber perdido la fortaleza capitular de Arx Tiranus. A pesar de ello, con esfuerzo y duro trabajo habían vuelto a aumentar el número de marines espaciales y poco a poco se acercaban a la recuperación de su fuerza total.

Pero cuando se desató la inmensa tormenta de disformidad y la brecha consecuente conocida como la Cicatrix Maledictum, Mundo Rynn y su sistema fue atacado por fuerzas demoniacas. A pesar de la denodada defensa de los Puños Carmesies, los demonios arrasaron planetas enteros y causaron muchas bajas a los marines espaciales, tantas que la sombra de una nueva tragedia se cernió sobre ellos.

Pero la providencial llegada de la Cruzada Indomitus con el Primarca Guilliman a la cabeza logro salvar a los Puños Carmesies y al sistema Rynn de la destrucción. Es más, Roboute Guilliman trajo consigo un importante contingente de marines espaciales primaris con los colores y la heráldica del capítulo, listos para unírseles y reforzarlo.


-Sé que muchos tenéis vuestras reservas con respecto a estos nuevos astartes y me las habéis expresado.- Continuo Pedro Kantor.- Pero en los pocos meses que llevan con nosotros han demostrado ser unos guerreros excepcionales y unos dignos hijos de Rogal Dorn, y aunque no estén muy familiarizados con nuestras tradiciones y formas de hacer la guerra, están integrándose positivamente.


En un principio los destacamentos de marines primaris habían quedado directamente dependientes del señor del capítulo, fuera de la estructura orgánica de las compañías, agregándose a estas de forma operativa cuando la misión lo requería.


-Es momento pues de que acojamos a estos nuevos hermanos en el seno de nuestro capitulo como debe ser.- Dijo el señor del capítulo.- De esta manera las escuadras de marines espaciales primaris se integraran en las compañías. Los más veteranos lo harán directamente en las compañías de batalla, cubriendo su número, y los demás pasaran a las compañías de reserva. La primera compañía permanecerá como hasta ahora, salvo por algunas promociones propuestas tras esta última campaña.


-No os preocupéis.- Dijo el Bibliotecario Jefe Deguerro ante el gesto torcido de los capitanes presentes- El Librarius mantendrá en todo momento una estrecha vigilancia sobre estos nuevos miembros del capítulo.


-Bien. Siguiendo con más asuntos os comunico que desde hoy mismo entraran en vigor las nuevas enseñanzas del Codex Astartes actualizadas por Guilliman.- Dijo Kantor.- La más importante de ellas para nosotros es la creación del puesto de Teniente en las compañías de batalla.  

- Capitán Solano, deberéis elegir a uno de vuestros sargentos más experimentado para que sea promocionado a este nuevo empleo.- Prosiguió.- El otro puesto de teniente de vuestra compañía será asumido por el Sargento Veterano Zarran aquí presente.


Solano giro su cabeza para mirar a Zarran y asintió.


-Como ordenéis mi señor.- Dijo el capitán.- Conozco el historial de Zarran y sé que cumplirá en el puesto de forma satisfactoria.


El Sargento Veterano inclinó su cabeza en señal de agradecimiento hacia el Pedro Kantor y el Capitán Solano.


-Muchas gracias por la confianza puesta en mí, mi señor.- agradeció Zarran.- No os defraudare en este nuevo cometido.


-Esto seguro de ello Zarran.- Respondió Kantor.- Bien, a continuación os daré a conocer las misiones que se os van a encomendar.


El capitán Icario accionó unas runas de la consola de mapas y datos. En ella se desplegaron diversos informes y peticiones de ayuda imperiales, así como dos mapas de zonas de guerra.


-Capitán Solano.- Comenzó a decir Pedro Kantor.- Tomareis media compañía y marchareis a reuniros con el Grupo de Batalla Kallides en el Sector Nephilin. Los elementos primaris y las demás escuadras de vuestra compañía se quedaran en Rynn con el Teniente Zarran.


-Zarran.- se dirigió el señor del capítulo al teniente.- Tu misión será integrar y enseñar nuestras tradiciones y tácticas de batalla a los nuevos hermanos primaris. Para ello os voy a asignar misiones de limpieza y destrucción de elementos hostiles en el Subsector Loki. Espero que estas pequeñas acciones sirvan para integrar mejor a los astartes.


El capitán Solano y el Teniente Zarran asintieron ante las palabras del señor del capítulo. El capitán Icario se adelantó y les entrego una tabla de datos a cada uno.


-Aquí tenéis los detalles de vuestras misiones.- Dijo Kantor.- Ahora marchad y preparad vuestras fuerzas, el Imperio nos necesita y los Puños Carmesíes volveremos a demostrar que somos dignos hijos del Primarca Rogal Dorn.




lunes, 2 de noviembre de 2020

El Lobo Herido

 El hangar de transporte del "Basatia" era un hervidero de actividad frenética. Para un observador poco informado podría parecer que el pánico se había apoderado del lugar, y podría ser así si uno se fijaba en los servidores y capataces humanos de la nave, pero la presencia de los astartes de seria expresión hacia que ese pánico quedara contenido, evitando el caos.

El sentimiento general era de preocupación y seriedad. Las Thunderhawk habían aterrizado con los heridos y supervivientes del combate en Obsceru II. Las bajas habían sido altas, incluyendo al propio capitán Eburo Garokan.

La patrulla de combate había descendido al mundo colmena de Obsceru II para reconocer aquel lugar he intentar establecer un puesto avanzado allí. Pero el ataque repentino de un gigantesco contructo mecánico dio al traste con la misión. El enemigo concordaba con las características de una Caballero de Imperial, y sus marcas y colores indicaban pertenencia al Mechanicus o a alguna de sus ramas.



El Caballero de origen desconocido ataca
a los Lobos de la Tormenta la ciudad colmena
de Obscura II


El intento de establecer comunicaciones no sirvió para nada, y aquel gigante ataco a Eburo Garokan y a su escolta, acabando con muchos buenos marines y dejando muy mal herido al capitán.


                                                                            *    *    *

Un silencio sepulcral inundaba la antesala del Apothecarion del "Basatia". Allí esperaban el Capellán Olindico Thurro y el Teniente Caturon Bagarok, y ambos tenían gestos de preocupación en sus rostros. 

Aquella campaña no estaba yendo bien. A la primera derrota contra la expedición de Colonos de Moon´eghros en Kurda Parsis había seguido una victoria contra las fuerzas del Adeptus Custodes en Alcanar Prime tras una amargo enfrentamiento, pero les había permitido establecer una base de operaciones fuerte en aquel planeta. 

Enfrentamiento en Alcanar Primer entre las fuerzas 
del Adeptus Custodes y las de la 2ª Compañia de los 
Lobos de la Tormenta.


La campaña había seguido su curso intentado establecer puestos avanzados en Mandralla y Obsceru II, pero el resultado había sido catastrófico. En Mandralla fueron atacados por fuerzas blindadas astartes desconocidas, aunque algunas criptocapturas de las armaduras de combate mostraban emblemas inquisitoriales en algunas fuerzas enemigas. Y ahora la derrota en Obsceru II dejaba a la fuerza de combate de la 2ª Compañía de los Lobos de la Tormenta en una situación delicada.

Para mas desgracia, las heridas sufridas por el Capitán Garokan eran muy graves, y el apotecario no tenia muchas esperanzas de que el resultado fuera bueno.

De pronto las puertas del Aphotecarion se abrieron y salió Cadrolon Uxentio. La túnica blanca de apothecario con los emblemas de los Lobos de la Tormenta y de la 2ª Compañía estaba cubierta de salpicaduras de sangre en el pecho y brazos, y la expresión del rostro de Cadrolon era de cansancio y gravedad a la par.

El apothecario tomo aire y si dirigió al capellán y al teniente.

-La cirugía a sido larga y difícil.- Dijo.- Ha perdido el ojo derecho y tenido que reconstruir esa zona del rostro con una placa de plastiacero, pero he logrado salvar su capacidad cerebral y neuronal prácticamente intacta. 

El Capellán Olindico y el Teniente Caturon respiraron aliviados, pues su capitán viviría.

-Pero no va a ser una recuperación fácil.-Prosiguió Cadrolon.- Las heridas anteriores han empeorado y necesita de cuidados intensivos durante un tiempo. 

Olindico asintió al oír estas palabras y se dirijo a Caturon.

-Tal como marca el Codex Astartes, ante la ausencia del capitán de la compañía será el teniente designado el que se haga cargo de la misma.- Dijo el capellán.- Teniente Caturon Bagarok, la fuerza de combate de la 2ª Compañía de los Lobos de la Tormenta esta bajo su mando.

Caturon Bagarok inspiro hondo y su rostro se torno en una mascara de solemnidad.

-Acepto esta responsabilidad con orgullo y honor, y espero cumplirla tal y como manda el Codex Astartes y los Preceptos del Capitulo.- Dijo el Teniente.- Pero jamás podre alcanzar el éxito sin vuestra ayuda, capellán. Por eso os solicito que seáis mi consejero y apoyo durante estos tiempos oscuros para los Lobos de la Tormenta.

-Así será Caturon. Yo seré vuestro consejo y vuestro apoyo durante el tiempo que sea necesario.- Contesto Olindico.

-Gracias Capellan. Como el lobo herido debemos ahora buscar refugio seguro y sanar nuestras heridas. Hacernos fuertes y esperar el momento adecuado para volver a atacar y acabar con todos los enemigos y traidores que pueblan este sistema.- Dijo Caturon.- Apothecario Cadrolon, cuide de nuestros heridos y asegúrese de que su recuperación es total y satisfactoria, y mas en el caso de nuestro capitán. 

-Así lo hare Teniente.- Contesto Cadrolon.

-Y ahora Olindico, vayamos al Relicarium Tactico. Reúna a todos los jefes de escuadra de la compañía y a los oficiales del "Basatia".- Prosiguió.- Pondremos rumbo a Alcanar Prime y estableceremos un nuevo plan estratégico.

Teniente Caturon Bagarok, mando accidental
de l a 2ª Compañia.


domingo, 18 de octubre de 2020

Guantelete Carmesi

La sangre brotaba en grandes cantidades de la herida de su abdomen. Su sabor metálico le inundaba la boca y su visión comenzaba a nublarse. Notaba como sus órganos mejorados genéticamente trabajaban a toda velocidad para intentar curar la herida, pero lo único que lograban era evitar que perdiera la consciencia. El torrente de fluidos producidos por su cuerpo lo mantenía lo suficientemente consciente para saber que la herida era muy grave.

Haciendo acopio de toda su determinación y aprovechando la inyección adrenalinica, el hermano Ontoria se llevo la mano cubierta por un guantelete blindado de color carmesí a su estomago para intentar detener la hemorragia. Con la otra mano recuperó su rifle bolter y comenzó a arrastrarse fuera de la línea de visión del enemigo, a una cobertura que le permitiera recuperarse.


Tres rayos láser sobrecargados le habían alcanzado. El primero fue absorbido por la hombrera derecha, pero los otros dos dieron de lleno en las placas abdominales, fundiéndose y penetrando la ceramita, el plastiacero, destrozando su piel y músculos, llegando hasta los órganos internos.


Para un ser humano normal esas heridas hubieran supuesto la muerte en el acto, pero Ontoria era un marine espacial de los Puños Carmesíes, y en cuestión de segundos sus órganos mejorados genéticamente reaccionaron para evitar el colapso y permitirle un resquicio de conciencia que el astarte aprovechó para salir de la línea de fuego de sus atacantes.


Penosamente, Ontoria logró cruzar el umbral de la puerta del edificio del Administratum que servía de posición para su comando. Apoyó la espalda contra la pared y examinó su herida. Los órganos internos estaban dañados, aunque solo levemente, pero perdía mucha sangre. Abrió el pequeño narthanecium de combate que llevaba al cinto e intentó taponar la herida con los paños hidrófilos que llevaba, los cuales enseguida se tornaron rojos al absorber la sangre. 


El ruido de un encarnizado combate en la calle lateral del edificio le hacía comprender que la posición era precaria. Él y sus hermanos de batalla no habían esperado un enfrentamiento tan duro contra las tropas humanas traidoras, pero para su desgracia comprobaron que igual que la luz y la Fe en el Emperador daba energías a las tropas leales, el poder y la corrupción del Caos hacen lo propio con sus adoradores.


El contador de constantes vitales de su armadura comenzó a parpadear en rojo, indicando que la pérdida de sangre pronto sería fatal. Ontoria intentó tomar control de su cuerpo y obligarse a mantenerse consciente, pero sus ojos se nublaban y los ruidos sonaban lejanos y amortiguados. 


Una oscura figura con capa se aproximó a él e intentó enfrentarla con su rifle bolter. Vio como la silueta alzaba los brazos de forma no agresiva y le hablaba.


-Ontoria, Ontoria. Soy yo, Larra.- Dijo la sombra que se le acercaba.


El herido marine reconoció la voz y los rasgos del francotirador Eliminador de su equipo. El Hermano Larra se arrodillo junto a él comprobando que la  herida del Intercessor era grave. Saco de su narthanecium mas vendas hidrófilas para cortar la hemorragia de Ontoria.


-Aprieta la herida y recita la Plegaria del Primarca Dorn, hermano.- Le dijo Larra.


El Eliminador desacopló el  comunicador de largo alcance del casco de Ontoria y lo conecto al suyo propio. Tras realizar los ajustes adecuados, Larra abrió un canal de comunicación.


-Aquí Hermano Larra.- Transmitió.- Aquí Hermano Larra para Halcón de Rynn.


La estática fue su única respuesta, pero Larra insistió.


-Hermano Larra para Halcón de Rynn, comunicación bermellón.- Dijo el Eliminador.


-Aquí Halcón de Rynn.- Fue la respuesta de radio.- Adelante hermano.


-El Hermano Sargento Torres ha caído. Tenemos múltiples bajas. La posición es insostenible. Solicito extracción para el comando Espada Escarlata.


-Acudan al punto de extracción Epsilon-05.- Contestó el piloto de la Thunderhawk.- Os sacaremos de ahí hermanos.





Pues si no tenia suficiente con la Cruzada de Warhammer 40,000, ha empezado aquí en Zaragoza la Liga de Kill Team, que espero este año poder terminarla. 

Vuelvo a jugar con mi comando de Puños Carmesíes (usando las reglas de Puños Imperiales, como debe ser) que ya que los conozco a ver si les puedo sacar el jugo y quien sabe si ir a algún torneo en el futuro.

Sirva este pequeño relato inspirado en la primera partida (si, perdí irremediablemente) como introducción a una nueva temporada de Kill Team con los Marines Espaciales del comando Espada Escarlata de los Puños Carmesíes como protagonistas.

lunes, 5 de octubre de 2020

Enfrentamiento en Kurda Parsis

Las unidades de los Lobos de la Tormenta avanzaron sigilosamente hasta tomar posiciones entre las ruinas medio enterradas de aquel desierto de piedras rojizas.


El capitán Garokan tomo posiciones junto a la escuadra Hellblaster del sargento Umarbeles. Era el primer enfrentamiento en aquellos mundos abandonados del sistema Tardis, y el capitán quería evaluar de primera mano a los enemigos que allí había. 


El agrietado suelo comenzó a temblar y en los auspex de los astartes aparecieron varios contactos. En el horizonte una columna de polvo advirtió la aparición de una fuerza blindada con apoyo de infantería. Parecía que controlar aquel cruce de vías no iba a ser tarea fácil.





Los intercessores del sargento Leukon avanzaron a cubierto de las ruinas para aproximarse al primer objetivo, un cruce entre dos edificios. Un transporte blindado Chimera apareció en su línea de tiro, y la escuadra disparó sus rifles bolter automáticos, pero el blindaje aguantó. Solo una granada perforante disparada por el Hermano Artoris logro causar daños al blindado.


La escuadra Hellblaster Umarbeles busco los objetivos blindados del enemigo, pero no pudo concentrar el fuego sobre el tanque de batalla Leman Russ, pues se encontraba oculto de la línea de visión de varios miembros de la escuadra, que tomaron como objetivo el Chimera. Los impactos de plasma sobrecargado alcanzaron a sus objetivos, pero no lograron causarles suficiente daño como para destruirlos.


El contrataque del enemigo no se hizo esperar. El Chimera avanzo hacia el flanco y entablo combate contra la escuadra de Outriders del Sargento Otokeiltir, primero intentando abrasarlos con sus lanzallamas pesados, y luego envistiendo a las motos. Este salvaje enfrentamiento se saldó con la baja de uno de los miembros de la escuadra de reconocimiento.


Mientras tanto, en el otro flanco, el Leman Russ hizo objetivo de sus disparos a la escuadra Umarbeles, que tras aquella lluvia de fuego inmisericorde quedo fuera de combate, con todos sus miembros heridos gravemente.





La escuadra Leukon alcanzo a la carrera la intersección objetivo mientras disparaba sus armas automáticas contra la escuadra de infantería de apoyo del tanque de batalla. Pero nada más llegar a la misma y mientras cambiaban los cargadores de sus armas, tres gigantescas y grotescas criaturas armadas con enormes mazas y escudos metálicos aparecieron tras la esquina de uno de los edificios del cruce, lanzándose a la carga contra los astartes. Los marines se apresuraron a recargar sus armas y lanzaron una improvisada lluvia de fuego bolter y de granadas sobre los atacantes, pero no lograron frenar su carga y el choque fue brutal. En los primeros momentos del combate los Hermanos Turigas y Mandolio fueron lanzados por los aires por la fuerza sobrehumana de aquellos engendros gigantescos.





La escuadra Otokeiltir logro romper el contacto con el blindado enemigo, y acelerando sus motocicletas lanzaron una lluvia bolter contra el escuadra de infantería de apoyo enemiga, que fue reducida a un único superviviente.


Mientras el combate se recrudecía en el centro del campo de batalla, el Capitán Eburo Garokan evaluaba la situación y adaptaba la estrategia a tan sorpresivo encuentro.


Poniendo en práctica las tácticas del capítulo, la escuadra intercesor del sargento Leukon retrocedió, separándose de los terribles Ogretes, para después volver para cargar contra ellos acompañados por la escuadra Outrider de Otokeiltir. El choque fue brutal, y uno de aquellos ogros fue muerto por las espadas sierras de los motociclistas y otro herido varias veces. Pero los engendros no se quedaron quietos y contra cargaron, frenando en seco a Leukon y sus astartes, dejándolos fuera de combate con sus terribles mazas.





El enfrentamiento por aquella intersección había empeñado a demasiadas unidades, y tras la pérdida de la unidad que debía dar fuego de apoyo, el capitán Eburo decidió replegar a sus tropas, pero los blindados enemigos estaban empezando a rodear su posición y podrían cortarles la retirada, y eso no podía tolerarse. Activó su puño de combate y se lanzó a la carga contra el tanque de batalla Leman Russ. Lo rodeo y comenzó a golpearle en la zona del motor hasta que comenzó a expulsar humo negro y pequeñas llamas salían de su blindaje. Ante tal castigo el comandante de tanque dio la orden de retroceder alejándose del furibundo capitán.





Los Lobos de la Tormenta habían fracasado en su misión asegurar aquel lugar. Eburo Garokan observaba el campo de batalla desde lo alto de una rocosa colina mientras ayudaba a sus marines espaciales a llegar a la zona de extracción, y juro que haría pagar cara esa deshonra a aquellos traidores.





Bueno, primera batalla en Cruzada y primera derrota, así que toca hacer examen.

Primero, no esperaba que mi contrincante sacara esa lista tan dura, con los Ogretes embarcados y un Tank Commander (esto último si me lo olía).

No aproveche adecuadamente las habilidades de Capitulo de los Cicatrices Blancas y me quede muy estático con los Hellblasters, así como con el capitán, que equipado con la Gravis, debería haberlo lanzado hacia adelante.

A pesar de que el primer turno de los Outriders fue malísimo, luego demostraron que tienen gran movilidad y una pegada interesante con la carga (aunque solo sea por saturación de ataques).

El sargento de los Intercessores debería ir con Martillo Trueno, ya que no afecta a los PL de la unidad. Tal vez  hubiera sido otra cosa contra los Ogretes.

La verdad que en general no he aprovechado bien el estilo de juego de movilidad y asalto de los Cicatrices Blancas, así que tengo que aprender más y estudiarme mejor las estratagemas y las listas.

Mención especial a los dados (siempre están ahí, jeje) donde a mi contrincante le salió todo, y a mi nada (los siete “1s”, por lo menos, seguidos en el combate contra los Ogretes se notaron)

Eburo Garokan y su 2º Compañía ya tienen un agravio que saldar contra esos colonos libres de Moon´eghros. 

domingo, 20 de septiembre de 2020

Eburo Garokan, Capitán de la 2º Compañía de los Lobos de la Tormenta


Eburo Garokan es el capitán de la 2º Compañía del Capitulo de los Lobos de la Tormenta, conocida como la Hermandad del Ciervo. Templado en el mando, fiero en el combate y austero en sus costumbres, Eburo encarna los ideales del capitulo como ningún marine espacial de los Lobos de la Tormenta.





Eburo Garokan es además el Señor de las Tradiciones de los Lobos de la Tormenta, y conoce mejor que nadie las enseñanzas que guían a todos los guerreros del capitulo, sabiéndolas explotar para sacar lo mejor de los marines espaciales bajo su mando.


Garokan fue uno de los primeros miembros del capitulo desde su fundación durante la Cruzada Indomitus. Forjado en los laboratorios biológicos de Belisarius Cawl, su origen humano es incierto, pues nunca ha hablado de los tiempos anteriores a la Cruzada. Desde que los Lobos de la Tormenta fueron fundados y se establecieron en Iberika, Eburo adopto el planeta como suyo y viajo a lo largo del mismo recabando toda la información y folclore de las gentes de Iberika. Cuando regresó a la fortaleza capitular del Salón de las Tormentas creó una nueva tradición y mística para el capitulo inspirada tanto en las tradiciones de los Cicatrices Blancas (su capitulo antecesor) como en las de los pobladores de Iberika.


Al mando de la 2º Compañía Eburo Garokan combatió en la batalla por Iberika y en la liberación del Sistema Sertoria. Comandó la fuerza de combate "Corna Cervi" que luchó junto a los Cicatrices Blancas en el Guantelete Nachtmund. Las ultimas acciones de Eburo y su compañía fueron en apoyo del 36º Regimiento de Dragones de Sertoria durante la campaña de diezmos de Moon´eghros, tras la cual recibió ordenes de poner rumbo inmediatamente hacia el Sistema Tardis para tomar dicho sistema junto con otras fuerzas astartes, aunque se dice que Eburo y sus Lobos de la Tormenta tienen unas ordenes secretas que deben ejecutar, y nadie debe impedirlo.


Eburo Garokan marcha al combate vestido con una armadura Gravis MkX sobre la que luce los cuernos de bronce y la cresta de crin blanca, atributos de su empleo como capitán de los Lobos de la Tormenta. Sobre su espalda cae una capa de ricos tejidos de color negro, símbolo de la fuerza y el coraje que debe tener todo capitán del capitulo. 




Como armamento el capitán de la Hermandad del Ciervo empuña una lanza de energía artesanal con una empuñadura decorada con cuero bermellón, llamada  "Lanza del Relámpago". Existen once armas como esta en todo el capitulo, una para el Señor del Capitulo, y las otras diez restantes para los capitanes jefe de compañía. Aunque se trate de armas ceremoniales son totalmente funcionales y letales en las manos expertas de un capitán de los Lobos de la Tormenta.  Algunos capitanes  prefieren llevar otras armas al combate, pero Eburo Garokan, como Señor de las Tradiciones, la empuña con orgullo en la batalla, acabando con los enemigos del Emperador en combate.


lunes, 24 de agosto de 2020

La Campaña de diezmos de Moon´egrhos (Preambulo de la Campaña de los Mundos Tardis)

Las campañas de requisición del diezmo imperial entre los colonos libres de Moon´eghors siempre habían sido problemáticas. Acostumbrados a vivir independientes y abandonados por el Imperio, el pago del diezmo seguía siendo un deber sagrado que tarde o temprano se debía pagar, por muchas prebendas que se tuvieran otorgadas.

Solo los miembros de la Inquisición y algunos gobernadores planetarios de mayor confianza del subsector sabían de los motivos por los que Moon´eghros y sus colones gozaban de tanta independencia. Algunos rumores hablaban de que eran guardianes de una puerta a la disformidad, mientras otros decían que se trataba de descendientes de miembros leales de la antigua legión de los Guerreros de Hierro.

Esta campaña no había sido un paseo. Llevada a cabo durante los meses mas calurosos de su ciclo solar, las autoridades de la colonia había ofrecido un pago que los enviados imperiales consideraron escaso y vergonzoso. Las negociaciones y presiones por ambos bandos no acabaron bien y los responsables del Imperio se retiraron para dar paso a la opción armada. Acostumbrados a este tipo de situaciones desde hacia milenios, ambos bandos se confiaron en combatir en algunas escaramuzas breves y exhibir musculo militar, para finalmente llegar a algún tipo de acuerdo mas ventajoso para alguna de las partes. Pero esta vez las cosas subieron de tono.

La fuerza imperial estaba compuesta por 36º Regimiento de Dragones de Sertoria apoyado por una semicompañia del capitulo de los Adeptus Astartes de los Lobos de la Tormenta. 

Las primeras escaramuzas se decantaron del lado de los sertorianos, pero pronto se encontraron con que alguien mas apoyaba a las fuerzas de Moon´eghros. Los informes hablaban de unidades astartes, o muy similares, contra las que habían combatidos en varios distritos de la ciudad colmena. Ante esta información, los Lobos de la Tormenta se desplegaron para investigar y hace frente a esta amenaza. El resultado de estas acciones a sido clasificado por la Inquisición y borrada toda información de los informes de batalla.

Tras dos meses de escaramuzas, la situación llego a un estancamiento hasta que los escaneres de las naves imperiales en órbita sobre la luna mostraron movimiento de tropas y naves estelares en el polo opuesto de la misma. Tras realizar reconocimiento y cotejar la información se llego a la conclusión de que las tropas coloniales estaban embarcando tropas y suministros en las naves, pero nadie sabia la razón de dicho movimiento.

El coronel Pedro Enriquez de Zuñiga, decidió mandar una pequeña fuerza a tomar la base de suministro de las tropas de Moon´eghros y de esta manera cortar su logística y averiguar que estaban tramando.

Las tropas elegidas fueron las de la 4º Compañia de Dragones, bajo el mando de de la Capitan Lucia de Azagra y Cardona.



LA BATALLA POR LAS PROVISIONES, ULTIMO ENFRENTAMIENTO DE LA CAMPAÑA DE DIEZMOS DE MOON´EGHROS


Lucia de Azagra iba asomada en la escotilla trasera del transporte Chimera mientras este surcaba el desierto hacia los bloques de habitaculos donde se encontraba la base de suministro de los colonos. 

Observo por los magnoculares como algunas tropas de Moon´eghros estaban apostándose para hacerles frente, pero ya era demasiado tarde. Su compañía había sido más rápida y efectuarían ellos el primer golpe.



En el flanco izquierdo el Leman Russ "Campeador" bajo en mando de la Sargento Villa avanzo a toda velocidad a través de unas ruinas hacia un cargamento de suministros que no estaban custodiado. Desde ahí daría apoyo a las tropas en cuanto llegaran. 



La escuadra de francotiradores ratlings del Sargento Heredia había tomado posiciones desde hace mucho tiempo en un edificio abandonado en el flanco derecho del complejo. Desde esta posición controlaban los otros dos cargamentos de suministros de los colonos.



El Chimera que transportaba a la Capitán Azagra y a la escuadra del del Sargento Ruiz acelero y avanzo hasta una barricada que le serviría de cobertura. Mientras avanzaba abrió fuego con todas sus armas, provocando bajas en una unidad de infantería que había parapetada tras unas ruinas al frente suya.

De pronto un ruido de turbinas inundo el lugar e hizo aparición una aeronave de transporte de los colonos de Moon´eghros. Los francotiradores ratlings abrieron fuego contra la cabina del volador, pero tan solo un disparo consiguió atravesar el cristal blindado y herir al piloto.



La aeronave realizo un vuelo bajo y desembarco mas unidades de infantería de los colonos libres, que tomaron posiciones en una barricada junto al cargamento de suministros central. En ese momento, una lluvia de rayos láser, misiles y proyectiles bolter cayeron sobre el Chimera de los Dragones de Sertoria, pero el blindaje aguanto y salvo a las tropas de su interior.



El flanco derecho tembló y un tanque Leman Russ con los colores de las tropas de Moo ´eghros apareció tras unas ruinas, descargando todas sus armas contra el edificio que ocupaba la escuadra de francotiradores ratlings del Sargento Heredia. Una gran explosión sacudió el edificio cuando los cañones de plasma y de batalla impactaron contra el mismo, silenciando los disparos de los francotiradores.

A una orden de la Capitán Azagra, la escuadra del Sargento Ruiz desembarco del humeante Chimera y tomaron posiciones en la barricada frente a ellos. Apuntaron buscando objetivos frente a su posición, pero los soldados de coloniales llevaban uniformes de camuflaje activo,y resultaba difícil impactarles. Al ver esta situación, la Capitan Azagra coordino el fuego de la escuadra y una lluvia de rayos láser y proyectiles bolters impacto contra el parapeto enemigo, matando a varios de ellos.



Cayendo desde los cielos donde habían esta esperando el momento de intervenir, la escuadra de tropas de asalto del Sargento Durán aterrizo tras un bloque de edificios. Enseguida estableció comunicaciones con la Capitán Azagra, que le ordeno que intentara derribar la aeronave enemiga. La escuadra abrió fuego contra la aeronave con sus rifles de plasma produciendole daños en los motores. La aeronave tuvo que remontar el vuelo mientras una estela negra salia de ella. Los gritos de jubilo de los soldados de asalto del Sargento Durán pronto fueron ensombrecidos al darse cuenta de que uno de los artilleros de plasma había sido reducido a un esqueleto humeante cuando su arma exploto por el sobrecalentamiento.

Apoyando la llegada de las tropas de asalto, la Sargento Villa hizo avanzar a "Campeador" mientras disparaba por el flanco contra las tropas de infantería enemiga que se encontraban a cubierto entre unas ruinas en el flanco derecho.



El fuego se recrudeció sobre la escuadra del Sargento Ruiz y el Chimera. Las bajas comenzaron a aumentar, pero el la moral no decaía, y seguían devolviendo el fuego disciplinadamente bajo las ordenes de la Capitán. El Chimera comenzaba a sufrir los estragos de la lluvia de fuego láser y misiles perforantes, y humeaba por sus escotillas, mientras su tripulación disparaba su multilaser y bolter pesado a la vez que trataban de reparar el vehículo.

Prácticamente todos los componentes de la escuadra del Sargento Ruiz estaban heridos o muertos, salvo el Sargento, que junto con la Capitan seguían disparando sus bolters contra el enemigo oculto en las ruinas.



Las tropas de asalto del Sargento Durán giraron la esquina del bloque de edificios y vieron como la Capitan Azagra y la escuadra del Sargento Ruiz estaban arrinconados en un parapeto por las tropas de los colonos de Moon´eghros. El Sargento Durán no lo pensó dos veces, y tras desenvainar su espada sierra encabezo el asalto de sus hombres contra la escuadra de infantería mas cercana. Sus hombres le siguieron disparando sus armas mientras avanzaban, matando a varios enemigos. 



Cuando llegaron al cuerpo a cuerpo, el entrenamiento superior de los soldado de asalto se impuso frente a los soldados colonos. A golpes de bayoneta y espada sierra acabaron con los enemigos y dieron un respiro a la Azagra. Sin embargo, su ímpetu les hizo continuar el asalto contra la siguiente escuadra de infantería enemiga. Fue un error fatal, pues en su carrera quedaron expuestos al fuego del blindado de Moon´egrhos, que descargo sus armas, acabando con los soldados de asalto.

En el flanco izquierdo, la aeronave enemiga y el Leman Russ de la Sargento Villa mantenían un particular duelo aire-tierra. Finalmente la aeronave abandono el combate debido a los daños en su motor, dejando al Leman Russ "Campeador" controlando el cargamento logístico



Un impacto de cañón láser dañó uno de los tanques de promethium del Chimera, que comenzó a arder lentamente. La tripulación abandono el vehículo, y reuniéndose con la Capitán Azagra y el Sargento Ruiz recogieron a los heridos y se replegaron hasta la posición del Leman Russ. 



El enfrentamiento había sido corto pero intenso, con muchas bajas por ambas partes. Pero los Dragones Sertorianos de la Capitán Azagra habían conseguido mantener los cargamentos de suministros el tiempo suficiente para la llegada del resto de la compañía.